28 de diciembre de 2012

Cerrando ciclos-






Y bueno, ya el mundo no se acabo´ ni nada por el estilo. Tampoco se dividieron las aguas ni bajaron los alienígenas de ninguna parte... claro que han pasado una enorme cantidad de cosas pero, sinceramente ¿cuándo no ha sido así?
Se acabó el calendario maya –o más bien se terminó este giro del mismo- y las cosas siguen bastante parecidas a hace un año atrás. O tal vez no tanto, y quizás lo que corresponde ahora es agradecer. Si bien ha sido un año rudo tanto en lo laboral como en lo económico, he salido con buen pie, tanto que incluso he podido mantener mis intereses personales y ñoñísticos, como la lectura, la escritura, e incluso los juegos de rol… notable avance por esa línea, sobre todo considerando que en anteriores años apenas si lograba asistir a un evento aislado durante el año.
Además del simple placer de contar historias, pude ver que contra lo que esperaba, me he dado un gusto tras otro, incluso sobrepasando de manera irracional los montos de plata que usualmente destinaba a mis “vicios”, comprando textos y manuales, leyendo a deshoras o sentándome a escribir en momentos totalmente irrisorios. ¿Y qué pasó? pues que finalmente todo esto contribuyó a mantener mi cordura casi intacta, incluso por sobre todas las cosas ocurridas en este periodo: la enfermedad de mi madre, el exceso de carga laboral y el nivel de exigencia en cuanto a la calidad de mi trabajo. Más aún, en varias ocasiones mis propios hobbies han sido una fuente de inspiración y ayuda para hacer bien mi labor, e incluso mejor que antes. Así que puedo decir por experiencia que tanto la lectura como los juegos de rol, en general, no sólo te ayudan y estimulan, sino que en verdad favorecen que preserves ese pequeño espacio interno del que sale todo lo que denominamos palabras y conductas…
Un punto aparte y remarcado sacan mi pequeña Antonia, que con sólo dos meses ya es toda una princesa y aventurera en su propia casa y no dudo que con el tiempo éste y otros pasatiempos serán motivo de unión y compartir juntos, fortaleciendo nuestra relación… no será sólo mi princesa, sino también paladina, hechicera, superheroina o ángel, cambia formas, criatura del pantano o espíritu elemental, lo que ella quiera ser… y podré estar a su lado en todo esto ¿Qué padre ñoño no se sentiría afortunado con ese panorama? En verdad, a veces no puedo esperar para poder leerle las historias que he escrito antes, o los cuentos que me encantaría poder escribir en el futuro, y oir sus propios relatos de aventuras…
Si, a estas alturas no queda otra que calificarme de afortunado, pues aunque no todo ha salido este año como yo esperaba o quería, las cosas han avanzado de manera extraordinaria y maravillosa. Cuento con una mujer extraordinaria a mi lado como compañera, dulce y fuerte. Una familia por demás increíble, con una hermana con la que ni la distancia nos separa, y unos sobrinos que son mi orgullo… ni que decir mi madre, que siempre ha sido un ejemplo insuperable de fuerza de voluntad, entrega y amor. Y mi hermana Moni, que aunque se ha ido físicamente a otro plano, pues sigue de una u otra manera claramente marcando presencia en nuestra familia…
Raya para la suma, un buen año, de aprendizajes, porrazos y levantamientos de gran calibre. Esperando que el 2013 sea aun mejor para todos y todas…

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