Hoy hablaremos de algunos lugares
interesantes de la Ciudad de la Locura:
El Extraño
Bazar: una especie de gran Mercado, donde los habitantes de
la Ciudad y las pesadillas –a veces codo a codo- abren sus propias tiendas y
venden su mercancía en cualquier rincón. Muchos puestos sólo abren durante la
hora 13, aunque no todos se rigen por dicho horario… ¿qué puedes comprar allí?
Pues de todo, pero en especial, lo más solicitado son los bienes “intangibles” como recuerdos, deseos,
sensaciones particulares, esperanzas, consternación y cosas por el estilo… todo
eso es posible de obtener, por un precio.
El Distrito 13: una especie de eco de la antigua sociedad industrial de fines del siglo
XIX, es algo así como la sede de gobierno de las pesadillas y de las fuerzas de
la ley de la Ciudad de la Locura. Como podrán imaginarse, no es un sitio muy
popular entre los Despertados, e incluso los habitantes de la ciudad tienden a
evitarlo. Los Despertados son a veces citados, pero rara vez aparecen en los
juzgados del Distrito. Posiblemente sea lo más inteligente. Cuando se
interponen cargos contra los Despertados, la mayoría encierran una miríada de
acusaciones que hacen uso de no menos trampas legales que buscan seas condenado
de una u otra manera. Un lugar tenebroso y particularmente desagradable de
visitar.
El Instituto: una especie de escuela preparatoria de la cual los niños atrapados suelen
salir convertidos en Pesadillas –más concretamente las niñas-. La directora de
la escuela es la Madre Cuándo, una maestra de escuela bastante tenebrosa que a
primera vista puede parecer una sencilla profesora provinciana, incluso de
aspecto dulce, pero cuando te acercas, sus ojos completamente negros te avisan
de que las cosas no van bien… el lugar suele estar conectado con los distintos
orfanatos y lugares similares que existen en la Ciudad Durmiente, y presenta un
fuerte vinculo con el sufrimiento y emociones asociadas a éste. No es de
extrañar entonces que las niñas que se gradúan en el Instituto se convierten en
Damas del Odio, personificaciones de los celos y el resentimiento. Quienes no
se gradúan desaparecen, y mientras que sea la Madre Cuándo quién dirija la
escuela, no habrá varón que lo consiga.
La Selva de
los Tejados: un lugar especialmente caótico, donde se encuentran
los tejados y techos de todos los edificios de la Ciudad de la Locura,
apiñándose de tal manera que es bastante fácil saltar de uno a otro, si bien es
virtualmente imposible saber hacia dónde te diriges entre el revoltijos de
estructuras, ventanas, techumbres, chimeneas, antenas y otras cosas. Prácticamente todo lo que no
cabe en el nivel del piso termina por aparecer en la Selva de los Tejados, y
hay un gran número de ventanas y puertas que te llevan hacia allí, y no faltan
las fauces de una que otra pesadilla monstruosa que se disfraza de puerta para
acechar a los viajeros poco atentos… Conocer el camino a través de los tejados
supone una importante ventaja para sobrevivir en la Ciudad, ya que puede ser
usado como un atajo, pero si no tienes experiencia en el lugar o no vas con
algún guía, te perderás en cuestión de minutos. Todo el mundo en la Ciudad de
la Locura acaba allí arriba antes o después, pero el viajero inteligente
simplemente dará la vuelta sobre sus pasos esperando salir a través de la misma
puerta por la que llegó.
La Ciudadela
de las Nubes: en este lugar se encuentran todos los aviones que se
han perdido, los cuales han cruzado a este plano, incrustándose en los tejados.
En la Ciudad Durmiente, cabría esperar que un accidente de avión conllevase un
montón de humo y llamas, pero aquí no. En lugar de eso, los aviones caídos se
incrustan en los tejados de los edificios y, por razones desconocidas, tienden a
acumularse en torno a una misma zona de los tejados llamada la Ciudadela de las
Nubes, donde puedes encontrar aviones y otros aparatos similares de los más
diversos períodos y tamaños, con todo y pasajeros dentro. Además, muchas veces
las puertas que hay dentro de esos aparatos pueden ser un atajo para llegar a otros
sitios de la Ciudad de la Locura. En lo personal creo que es uno de mis lugares
favoritos.
Las
Madrigueras: uno de los sitios más perturbadores, al contrario
que los tejados, las madrigueras bajo la Ciudad de la Locura están plagadas de
túneles húmedos y serpenteantes que llevan a lugares recónditos, donde habitan
las Pesadillas. Nada permanece mucho tiempo en las madrigueras sin ser
alcanzado por la cera. Mientras más cerca te encuentres del centro, donde
habita el Rey de Cera, mayor es el riesgo de que despiertes un día con cera
trepando por tus piernas.
Algunos habitantes sospechan que el Rey de Cera es uno de los grandes
promotores del Extraño Bazar, y en efecto tiene varios negocios en el Bazar,
donde compra a granel los recuerdos menos valorados. El Pueblo Sumiso trabaja
día y noche fundiendo esos recuerdos para el Rey Cera, desmenuzándolos y
acuñando monedas con ellos. Esta es la moneda de curso legal que se utiliza en
la Ciudad de la Locura, aunque pocos saben de su verdadero origen. Muchos
piensan que el Rey de Cera podría ser una pesadilla, pero para otros
simplemente es uno de los Despertados más viejos, y en general trata con
amabilidad a los visitantes. Sin embargo, como ya dije, nada parece ser lo que
aparenta en la Ciudad…
Como puede apreciarse, sólo con estos elementos ya tienes un sandbox enorme
y de múltiples oportunidades para recorrer… da límites y aspectos de base, pero
al mismo tiempo permite crear y ampliar sus elementos sin problemas. En la
última partida que jugué, nuestro Director nos puso un lugar creado por él, el
Hospital de la Sonriente Agonía, un elemento que encajó perfectamente con el
juego y con la trama particular de nuestros personajes. Con esto arribamos a
una cuarta conclusión: la ambientación,
aunque se presenta en un formato cerrado, está plenamente abierta. Y ojo,
estos son sólo los lugares principales,
hay multitud de rincones y callejuelas sin explorar…