Hoy, 25 de marzo, se celebra nuevamente el día internacional de leer la obra del extraordinario escritor JRR Tolkien... las sociedades tolkenianas de todo el mundo se organizan y muchos de los fanáticos nos disponemos a leer una vez más algunas de sus obras. En mi caso, el Silmarillion.
Más de alguien se preguntará ¿y por qué diablos el 25 de marzo?
Simple: ese es el día en que en el libro El Retorno del Rey (tercero de la trilogía del Señor de los Anillos) Frodo y Sam llegan por fin al Monte del Destino, seguidos de cerca por Gollum, culminando por fin su viaje con la destrucción del Anillo del poder y la Caída de Sauron Gorthaur (El Cruel)...
Formas de celebrarlo: pues algunos leeremos, otros seguramente verán alguno de los filmes que su obra ha inspirado (tengo un par de amigos que seguro se verán la saga completa) y otros simplemente soñaremos con la mítica y hermosa Tierra Media.
En lo personal, la obra de Tolkien es para mí una especie de edén o santuario, un punto de eterno retorno. Puedo leer distintos autores, incluso me he comprado juegos basados en la Tierra Media como el Anillo Único, que es en verdad un juegazo. pero la obra del maestro tiene algo de trascendente, de sublime y al mismo tiempo inocente, que me hace una y otra vez volver...
No les doy más la lata con el tema, pero si que les digo: Si no has leìdo a Tolkien ¿Qué estás esperando? ¿No sabes que en estas fechas el viento corre suavemente por las cascadas de Rivendel, invitando a soñar, reír y cantar? ¿que el trigo y la hoja de tabaco ya está terminando de ser cosechada en la comarca, y que en Lorien de las Flores ya caen las hojas de los Mallorn?...
Si no sabes de qué te estoy hablando, te has perdido todo un mundo maravilloso, que seguro continuará sorprendiéndonos y dándonos magia por muchos años más
¡Vete a leer pues!